Mesa de intercambio de semillas: un regalo de seguridad alimentaria

  • La semilla criolla decoraba las mesas de los agricultores durante la premiación de Bandera Azul
  • Es una práctica muy antigua basada en el trueque.

Zapote, mamón chino, pitahaya, yuca… toda la variedad de cultivos en pequeñas semillas de colores, adornaban las mesas de los agricultores que participaron en la premiación del Programa Bandera Azul, categoría agropecuaria. Durante la actividad, realizada este 4 de setiembre, las semillas estaban al alcance de la mano.

Uno de los participantes en el inventario fue don Luis Elizondo Fallas, de Anahuen Finca Integral, quien mantiene un banco de semillas que abastece su producción familiar y que comparte con la comunidad.  “Me gusta mantener un banco de semillas de arroz, frijoles, maíz, las cosas básicas” comentó mientras mostraba un stand con semillas de todos colores y tamaños.

“Mantener ese banco y la tradición, como una cuestión de seguridad alimentaria, donde uno puede sobrevivir, subsistir con lo mismo que produce. Tengo más de 40 años de no comprar un kilo de frijoles” Luis Elizondo Fallas, demostrando lo que es contar con seguridad alimentaria individual.

Pero: ¿Qué es la seguridad alimentaria?

Según la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el objetivo de la seguridad alimentaria es garantizar a todos los seres humanos el acceso físico y económico a los alimentos básicos que necesitan. Esta definición comprende tres aspectos diferentes: disponibilidad, estabilidad y acceso.

Las mesas de intercambio de semillas implican el reducir la vulnerabilidad de las personas o comunidades,  Y es que la inseguridad alimentaria no se limita a las personas que tienen un régimen alimenticio deficiente en un momento dado del tiempo. También incluye a aquellos cuyo acceso a los alimentos es inseguro o vulnerable, es decir, a aquellos expuestos al peligro de padecer insuficiencia alimentaria, según FAO.

Leonardo Buitrago Morales, de la finca Casa AICO, ubicada en territorio indígena en Talamanca, recordó que estas practicas ambientales, son parte de una tradición milenaria del pueblo Bribri. “Nuestra tradición es siempre mantener las cosas sin químicos, y las semillas tradicionales que son de generación en generación”.

Las semillas criollas vivas de las comunidades caribeñas, fueron las protagonistas, ya que de estas se obtienen todas las materias primas que permiten a las fincas de Bandera Azul, ofrecer productos locales únicos y sostenibles.

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